En uno de los conciertos en que se presentó este sencillo y hermoso tema, Jascha Richter, el autor, comenzó diciendo: "Creo que es hora de que el mundo entero se una como uno solo...", dedicándole luego esta canción a las víctimas del maremoto y tsunami del 2011 en Japón. De allí la plegaria final: "...no dejes a la Tierra desnuda como la Luna"